La Italia del movimiento Maker | Cuando crear se convierte en una necesidad de muchos
- 8 May 2017
- News
Desde 2005 se asiste al desarrollo de un nuevo movimiento que une a personas de diferente formación que comparten el interés por el aprendizaje de capacidades técnicas y su aplicación creativa, con el fin de fabricar objetos o inventar soluciones innovadoras para mejorar la vida cotidiana.
Se trata de un fenómeno cultural que se ha difundido en la última década por una evolución natural de los medios de comunicación (como la difusión de Internet) en la que la experimentación y la resolución de problemas ya no son un hecho personal sino un hecho extendido a una comunidad que colabora con el objetivo de encontrar la mejor solución que adoptar.
La información viaja rápidamente y las tecnologías se desarrollan cada vez más, cambiando las reglas conocidas hasta ahora; de hecho, las fuentes abiertas (open-source), la colaboración abierta distribuida (crowdsourcing) y los macrodatos (big data) son herramientas que modifican completamente el modo en que un producto es elaborado, diseñado y monitorizado; si pensamos en lo que está sucediendo para el prototipado rápido y la producción inteligente con las impresoras 3D, podemos tener una idea clara de este cambio que “lentamente” está involucrando a todos.
A todo esto debemos añadir la difusión de proyectos y tecnologías como Arduino, el hardware abierto y los FabLab (es decir, los talleres de fabricación digital), uno de los más difundidos tipos de espacio dedicados al “hacer” en común (junto a los laboratorios hacker - hackerspaces y a los Techshops en América).
Hay muchos FabLab en el mundo, de América a Sudáfrica, de Afganistán a India, hasta llegar a Nuova Zelanda.
El primer FabLab fue instalado hace diez aòos en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), pero ha habido que esperar casi diez años para ver el primer FabLab italiano, el turinés FabLab Italia.
Ahora, nuestro escenario es interesante y en pleno desarrollo; es suficiente pensar en las marcas de moda libres como OpenWear y los muebles de diseño abierto de bricolaje de PlayWood, de las tecnologías de alto nivel para llevar puestas de Plugandwear a las concretas experimentaciones de impresión tridimensional de D-Shape.
Gracias a la manifestación World Wide Rome, que se celebró a comienzos de marzo, por fin ha sido reconocida la existencia de un movimiento de makers o fabricantes en el territorio italiano, pero todavía es demasiado pronto para hacer hipótesis sobre el respaldo que realmente obtendrá el movimiento.
No obstante, lo que en realidad ha sucedido en los dos últimos años es que proyectos como los mencionados antes han comenzado a conectarse en red y a descubrirse recíprocamente, constituyendo una verdadera comunidad, unida y conectada con una atención particular dedicada al uso de tecnologías productivas digitales, al método de trabajo y a la planificación compartida.
PlayWood, por ejemplo, fabrica muebles modulares mediante una red de makers en toda Europa en continua expansión, makers que disponen de las maquinarias de cálculo numérico para cortar y obtener, a partir de paneles de cualquier material, los elementos que servirán para la realización de los muebles terminados, apoyándose en la libre circulación de los proyectos de diseño de fuente abierta, permitiendo que cualquier persona en el mundo pueda realizar su mueble in situ sin costes de transporte.
Lo digital, y a estas alturas lo están entendiendo todos, no se refiere solo al mundo digital propiamente dicho, es decir, el de los sitios web y las aplicaciones, para que nos entendamos; lo digital ha entrado en el mundo de los objetos físicos y en cierto sentido lo guía, haciéndonos comprender que hoy no necesitamos pedir permiso a nadie para inventar algo nuevo.
Makers are people who hack hardware, business-models, and living arrangements to discover ways of staying alive and happy even when the economy is falling down the toilet.
(C. Doctorow)